EUROPA
PRESS
8 mayo
2016
La toxina botulínica, conocida con el nombre comercial de 'Botox', es el principal tratamiento estético no quirúrgico
y lleva más de diez años utilizándose en España. Su perfil de seguridad está de
sobra analizado, con más de 3.000 estudios que recomiendan su uso.
Además, en el 98 por ciento
de los casos se usa con éxito en tratamientos médicos no estéticos, como para
la migraña o la sudoración excesiva. Pero pese a estos datos, sigue teniendo
una imagen negativa y existe mucha confusión sobre sus efectos.
Para dar la vuelta a esta
situación, cinco dermatólogos españoles han elaborado un decálogo sobre este
tratamiento con el objetivo de informar a los pacientes sobre su uso y dar las
claves para conseguir unos resultados naturales, seguros y satisfactorios.
Diez claves sobre esta sustancia
1.
Mejora las
arrugas de expresión. El 'Botox' es el tratamiento ideal para mejorar las arrugas de
expresión, como el entrecejo, las patas de gallo y las arrugas de la frente.
Suaviza expresiones para no mostrar la tensión acumulada. La pérdida de
volumen, la calidad de la piel y la flacidez debe tratarse con otras técnicas
dermatológicas.
2.
Es seguro. En más del 50 por ciento de los casos se usa para
fines médicos como tratamiento de migrañas, sudoración excesiva, tics, estrabismo, etcétera. Su uso seguro en niños hace que
el tratamiento sea muy utilizado en la edad pediátrica para mejorar movimientos
musculares anormales.
3.
Cuidado con la
dosis. Para conseguir resultados
naturales y dejar expresión al paciente se deben usar dosis adecuadas. Los
músculos deben relajarse, no paralizarse con dosis demasiado altas.
4.
Previene
arrugas. Tiene un efecto preventivo
sobre el envejecimiento al "educar" la musculatura facial.
5.
Cada paciente
es distinto. No todos los pacientes
requieren la misma técnica de inyección. La distinta anatomía de cada paciente
hace que para conseguir resultados naturales los sitios de inyección y la dosis
deben ajustarse en cada caso. La técnica de inyección en hombres y mujeres es
totalmente diferente. Por ejemplo, la forma de la ceja de la mujer, en
"ala de gaviota" es totalmente diferente a la forma de la ceja
masculina, que es recta y más próxima al párpado.
6.
Necesidad de
repetir el tratamiento. Recomendamos
repetir el tratamiento cada 4-6 meses y es conveniente anticiparse al fin del
efecto.
7.
Abordaje
facial global. La cara debe tratarse
de una forma global para conseguir resultados naturales. Por ello es
conveniente tratar la cara completa para relajar los músculos
"depresores" de la expresión facial.
8.
Nos puede
hacer sentir mejor. Inyectado de
forma adecuada reduce los gestos de preocupación y tristeza. Se ha demostrado
que este efecto sobre nuestra expresión facial mejora nuestro estado de ánimo. Es
decir que nos sentimos mejor porque nos vemos mejor.
9.
Los malos
resultados se deben a una mala técnica.
Es como un bisturí: se pueden conseguir resultados buenos o malos en función de
la técnica. Cuando los resultados son grotescos la causa es una mala utilización
de este producto.
10. Menos es más. Los resultados
discretos son los más elegantes. Si alguien te pregunta "qué te has
hecho" cambia de médico. El objetivo es que todo el mundo te note mejor
cara sin saber que lo has usado.
Los autores de este
decálogo son Josep González Castro, del Instituto de
Dermatología Avanzada (IDERMA) de Barcelona; Ricardo Ruíz,
de la Clínica Dermatológica Internacional de Madrid; Manuel Asín,
del Centro Dermatológico Estético de Alicante; Nerea Landa, del Dermitek de Bilbao, y Vicent
Alonso, del Instituto Dermatológico Doctor Alonso de Valencia.